Un indio muy sabio se encontraba enseñando a su pequeño nieto una de las lecciones más importantes de la vida.
Le contó al pequeño la siguiente parábola:
"Existe una pelea dentro de cada uno de nosotros. Es una gran pelea entre dos lobos" le dijo.
"Un lobo es malo: es furia, rabia, envidia, remordimiento, avaricia, arrogancia, auto compasión, resentimiento, mentiras, falso orgullo, superioridad, ego.
El segundo lobo es bueno: es alegría, paz, esperanza, serenidad, humildad, bondad, empatía, verdad, compasión y Fe".
El nieto pensó sobre esto un momento.
Entonces le preguntó al abuelo, "qué lobo ganará esta pelea?"
El abuelo, simplemente respondió: "El que alimentes"
La vida se trata sólo de ser el creador de mi propia satisfacción al encontrar la Luz oculta.
Si empezamos con intenciones puras, trabajando sobre nosotros con Fe y responsabilidad, la Luz nos mostrará lo que es mejor para nosotros, para la otra persona y para toda la humanidad.
Lo importante es saber a dónde ir para poder llegar, lo importante es dar rienda suelta a la persona que tenemos dentro.
Si nos dejamos guiar, el Espíritu nos lleva a lugares insospechados de armonía y bienestar.
Es la caminata que comenzamos cuando dejamos de ver si caminamos poco o mucho, y empezamos a mirar la vida de otro modo.
Miramos lo que antes no miramos. La gracia del vuelo de un pájaro, la acogedora sombra de un árbol, nos integramos a la naturaleza, tomando contacto con el sol, con el viento, con las nubes, tomamos contacto con lo espiritual.
Practiquemos nuestros Dones a favor de la humanidad.
Hoy sé que se puede mirar la vida de otra manera, con la Esperanza puesta en ella, porque trabajo para hacer espacio al Cristo en mi vida.
Rescato una frase de San Benito: "Puedo trabajar y tener tiempo para Dios"
Porque trabajo para llevar mi aprendizaje espiritual a mi vida cotidiana, sembrando la intención de volver mi vida un arte. Ése es el objetivo.
La espiritualidad trasciende los templos. Cuando descubrimos nuestro interior, descubrimos que somos los creadores de nuestra propia realidad.
A medida que asumimos la responsabilidad de los obstáculos y retos con que nos enfrentamos para sanar, vamos tambien siendo responsables de los milagros y maravillas que creamos en nuestras vidas.
El cambio empieza sabiendo que esto empieza conmigo.
Mientras que la fuerza de la Luz del Creador es el origen de todas las bendiciones en mi vida, yo soy el catalizador, el canal, el conducto a través del cual estos milagros se realizan.
Miremos la vida con Fe, Esperanza y Optimismo.
Que nuestro plan de vida para el año próximo sea una vida más sencilla, basada en la Fé.
La Fé que transforma mi vida. La Fé que me conduce a la Fuente. La Fé que mueve montañas.
Aleyla
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