Padre mío, permacece en mi mente desde el momento en que me despierte, y derrama Tu
luz sobre mí todo el día.
Que cada minuto sea una oportunidad más de estar Contigo.
Y que no me olvide de darte las gracias cada hora por haber estado conmigo y porque siempre estás ahí, presto a escucharme y a contestarme cuando te llamo.
Y al llegar la noche, que todos mis pensamientos sigan siendo acerca de Tí y de tu Amor.
Y que duerma en la confianza de que estoy a salvo, seguro de Tu cuidado y felizmente consciente de que soy Tu Hijo.
UN CURSO DE MLAGROS -DIFUSION
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