La Paz de Dios

martes, 17 de febrero de 2009

El Espejo




Verse en el espejo de los otros y descubrir el alma de uno mismo en ellos, no es muy grato.
A mi me costó mucho aceptarlo. Tuvo que pasar mucho tiempo para entender este concepto.
Expresándolo de otra manera, puedo decir que los otros ponen en el exterior, lo que nosotros tenemos dentro. Sé que esta idea no es fácil de aceptar al principio. . .
Es como dice Brinda Mair, como el retrato de Dorian Grey, la obra de Oscar Wilde.
El retrato de Dorian era el espejo de su alma que él intentaba ocultar mientras mostraba belleza al mundo.

Pero si decidiera aprender, puedo comenzar aceptando y por Gracia, tengo la posibilidad de hacer algo para comenzar a hermosearlo. Por libre albedrío puedo elegir, cómo ocultarlo o ignorarlo, hasta que se convierta en un monstruo, o puedo decidir querer verlo día a día y no justamente para asustarme, sino para tratar de modificar la actitud que ocasionó su afeamiento.
Algo que aprendí en estos tiempos, a través de las enzañanzas de Brinda Mair, resultó para mi muy conmovedor: Nuestras Almas firman contratos al inicio del juego Multidimensional, para aprender juntas, y justamente, cuando un Alma actúa para nosotros el rol perverso, el más dañino, es porque son las Almas que más nos aman, porque nos ayudan a aprender aunque más no sea por el dolor.
Cuando en el Eterno Presente nuestra Alma comienza escribir los contratos con otras y pregunta "¿Quién de Uds. me va a ayudar en esta lección?", ellas son las que dan el paso al frente por AMOR.

Fue muy relevante para mí, muy conmovedor, ya que desde aquí, sin conocimiento, no podemos verlo así. En esta vida vivimos esa experiencia desde el dolor, el desamor, sufriendo la incomprensión de ambos involucrados en el juego del Laberinto y la ilusión 3D.
Pasa mucha agua bajo el puente hasta que podemos comprender y amar y agradecer la Gracia del espejo.

Subir un peldaño más en la escalera, evolucionar en la comprensión amplia, aceptando lo distinto, renunciando a nuestro deseo de querer cambiar nada, y muriendo a nuestras creencias de cómo deberían ser las cosas. Aprender a ascender la energía atrapada a Dios.




Aleyla


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