La Paz de Dios

jueves, 17 de junio de 2010

Espejo humeante

Hace tres mil años habia un ser humano, igual que tu y que yo, que vivia cerca de una ciudad rodeada de montañas. Este ser humano estudiaba para convertirse en un chaman, para aprender el conocimiento de sus ancestros, pero no estaba totalmente de acuerdo con todo lo que aprendia. En su corazon sentia que debia de haber algo mas.

Un dia mientras dormia en una cueva, soño que veia su propio cuerpo durmiendo. Salio de la cueva en una noche de luna llena. El cielo estaba despejado y vio una infinidad de estrellas. Entonces, algo sucedio en su interior que transformo su vida para siempre. Se miro las manos, sintio su cuerpo y oyo su propia voz que decia: "Estoy hecho de luz; estoy hecho de estrellas".

Miro al cielo de nuevo y se dio cuenta de que no son las estrellas las que crean la luz, sino que es la luz la que crea las estrellas. "Todo esta hecho de luz -dijo- y el espacio de en medio no esta vacio". Y supo que todo lo que existe es un ser viviente, y que la luz es la mensajera de la vida, porque esta vivia y contiene toda la informacion.

Entonces se dio cuenta de que, aunque estaba hecho de estrellas, el no era esas estrellas. "Estoy en medio de las estrellas", pensó. Asi que llamo a las estrellas el tonal y a la luz que habia entre las estrellas el nagual, y supo que lo que creaba la armonia y el espacio entre ambos es la Vida o Intento. Sin vida, el tonal y el nagual no existirian. La Vida es la fuerza de lo absoluto, lo supremo, la Creadora de todas las cosas.

Esto es lo que descubrio: Todo lo que existe es una manifestacion del ser viviente al que llamamos Dios. Y llegó a la conclusion de que la percepcion humana es solo luz que percibe luz.
Tambien se dio cuenta de que la materia es un espejo -todo es un espejo que refleja luz y crea imagenes de esa luz-, y el mundo de la ilusion, el Sueño, es tan solo un humo que nos impide ver lo que realmente somos. "Lo que realmente somos es puro amor, pura luz", dijo.
Este descubrimiento cambio su vida. Una vez supo lo que en verdad era, miro a su alrededor y vio a otros seres humanos y al resto de la naturaleza, y le asombro lo que vio. Se vio a si mismo en todas las cosas: en cada ser humano, en cada animal, en cada arbol, en el agua,en la lluvia, en las nubes, en la tierra... Y vio que la Vida mezclaba el tonal y el nagual de distintas maneras para crear millones de manifestaciones de Vida.

En esos instantes lo comprendio todo. Se sentia entusiasmado y su corazon rebosaba paz. Estaba impaciente por revelar a su gente lo que habia descubierto. Pero no habia palabras para explicarlo. Intento describirlo a los demas, pero no lo entendian. Vieron que habia cambiado, que algo muy bello irradiaba de sus ojos y de su voz. Comprobaron que ya no emitia juicios sobre nada ni nadie. Ya no se parecia a nadie.
El los comprendia muy bien a todos, pero a el nadie lo comprendia. Creyeron que era una encarnacion de Dios; al oirlo, el sonrio y dijo: "Es cierto. Soy Dios. Pero vosotros tambien lo sois. Todos somos iguales. Somos imagenes de luz. Somos Dios" (*). Pero la gente seguia sin entenderlo.

Había descubierto que era un espejo para los demas, un espejo en el que podia verse a si mismo. "Cada uno es un espejo", dijo. Se veia en todos, pero nadie se veia a si mismo en el. Y comprendio que todos soñaban pero sin tener conciencia de ello, sin saber lo que realmente eran. No podian verse a ellos mismos en el porque habia un muro de niebla o humo entre los espejos. Y ese muro de niebla o humo estaba construido por la interpretacion de las imagenes de luz: el Sueño de los seres humanos.

Entonces supo que pronto olvidaria todo lo que habia aprendido. Queria acordarse de todas las visiones que habia tenido, asi que decidio llamarse a si mismo Espejo Humeante para recordar siempre que la materia es un espejo y que el humo que hay en medio es lo que nos impide saber que somos. Y dijo: "Soy Espejo Humeante porque me veo en todos vosotros, pero no nos reconocemos mutuamente por el humo que hay entre nosotros. Ese humo es el Sueño y el espejo eres tu, el soñador".



(*): Salmo 82,6 "Vosotros Dioses sois, todos somos hijos del Altisimo"

Fuente: Los cuatro acuerdos
Dr. Miguel Ruiz

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