Salmo de David
El Señor es mi Pastor,
nada me puede faltar.
El me hace descansar en verdes praderas,
me conduce a las aguas tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guia por el recto sendero
por amor de su Nombre.
Aunque cruce por oscuras quebradas,
no temere ningun mal,
porque Tu estas conmigo:
tu vara y tu baston me infunden confianza.
Tu preparas ante mi una mesa
frente a mis enemigos;
unges con oleo mi cabeza
y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia me acompañan
a lo largo de mi vida;
y habitare en la Casa del Señor,
por muy largo tiempo.