Cuántas veces en mi vida he pasado por situaciones similares, me pregunto a menudo?
Figuras de autoridad, a las que intento revelarme, como puedo, en mi entorno familiar, en mi trabajo, en parejas...
Se repiten en distintos ámbitos de la vida. Cambian los personajes, pero la raíz es idéntica.
No me fue fácil dame cuenta. Fue necesario caer una y otra vez para "sentir" la necesidad de buscar afuera lo que me faltaba adentro para comprender.
Las aguas inundaron mi vida. Mis niños se sumergen en la profundidad de mis propias aguas.
Aguas... emociones... profundas y oscuras emociones.
De niña y de adulta siempre fui sobreprotegida. En la ilusión la sobreprotección se disfraza de "amor", pero cuando el velo se corre, descubro que ese "amor" sólo me paralizó, no permitiéndome ser yo misma, sin ver qué es mío y qué del otro.
Quiero estar y cumplir con lo que se espera de mí, pero solo logro asfixiarme.
Y si no estoy me lleno de culpas.
Difícil, no?
Y también descubrí que si no sano, voy a repetir.
Y aprendí que sanarme es una elección de vida, es proponerme llegar más liviana, es traer el cielo a la tierra, a mi corazón, a mi vida cotidiana.
Es así, como voy subiendo peldaños. Peldaños en mi evolución. Paso a paso. Escalón tras escalón.
Y aprendí, que vivir, no es sólo vivir.
Es, sobre todo, HONRAR LA VIDA.
Y honrar la vida es virtud, es dignidad, es despertar, es amarme y perdonarme, es merecer y valorarme.
Es aprendizaje. Y aprendo trabajando en mí.
Te invito a que aprendamos juntos.
Merecer la vida es erguirse vertical
Más allá del mal, de las caídas
Es igual que darle a la verdad
Y a nuestra propia libertad
La BIENVENIDA.
Yo Soy Aleyla Yuny