La Paz de Dios

martes, 17 de junio de 2008

24 de Junio: We Tripantu, Año Nuevo Indígena. El Amor por la Tierra

We Tripantu - WE: Nuevo / Tripan: Salida / Antü: Año = La Nueva Salida del Sol

Wetripantu, una celebración de reflexión y renacer, asociada más a la naturaleza que al Sol mismo. En sus tierras de origen en esta época casi no se ve el Sol, ya que llueve la mayor parte del invierno.


COMIENZA UN NUEVO AÑO PARA LOS PUEBLOS ORIGINARIOS DEL CONO SUR DE AMERICA: RITO ANUAL DE RENOVACIÓN DEL EQUILIBRIO DE LA NATURALEZA

Con ceremonias de purificación, los mapuches, uno de los principales pueblos originario de Chile y Argentina, celebran el We Tripantu, el Año Nuevo indígena. Uno de los tres grandes ritos de esta nación, que ha demostrado una férrea voluntad de permanencia e identidad, frente a la cultura occidental.
La celebración comienza la noche del 23 de junio, con una reunión familiar, en la que se cuentan historias tradicionales de la familia, como preparación de la salida del Sol, el 24.
"En el período de epewun, que es antes de la amanecida, hombres, mujeres y niños e invitados concurren al río, vertiente o estero más cercano a bañarse y esperar la nueva salida del sol con el cuerpo y el espíritu renovado y limpio y sintiendo la fuerza del Dios Gnechen."
"Cuando el sol y la luz cubren el espacio visible se dice Akui We Tripantu (llegó el nuevo año) o también Wiñoi Tripantu (regresa la salida del sol). De esta manera en el amanecer del día 24 de junio se inicia otro ciclo de vida en el mundo mapuche y en la madre tierra. Durante el día continúan distintas actividades, según la región. Por lo general es un día de reencuentro, de armonización y equilibrio de las relaciones familiares".


Wüñoi-Tripantu y We-Tripantu: Estos dos conceptos se refieren al mismo acontecimiento, no obstante cada cual representa un momento específico. El Wüñoi Tripantu, (traducirlo como el “regreso de la salida del sol”), se produce justo a la medianoche, cuando éste comienza a retroceder a partir de la mitad de la noche más larga de año; también se dice “ Trawüuchi epu pun meu”, es decir, donde se unen las dos noches “la noche del ciclo que finaliza y la noche del nuevo ciclo que comienza”. De tal manera que Wüñoi Tripantu es el que marca o determina el inicio del regreso del nuevo ciclo a partir de la medianoche hacia el amanecer.
En cambio, el El We Tripantu o la nueva salida del sol, representa el momento exacto en que el sol o Antü aparece por el puelmapu (oriente), dando paso al nuevo ciclo de vida en la naturaleza o el Año Nuevo. Además éste espacio de tiempo, antes de la salida del sol, el universo, la naturaleza, las vertientes, los animales etc., entran en su máximo apogeo y plenitud, por ende en equilibrio y armonía.-
Es decir, cuando el sol hace su regreso paulatino desde el Wüñoi Tripantu (el lapso correspondiente entre la medianoche hacia el amanecer), trae consigo muchas energías, y con el despertar de toda la naturaleza, vertientes, ríos, volcanes, cerros, montañas, animales, árboles, pájaros, personas, piedras, insectos, estrellas, se acumulan enorme cantidades de energías emanadas desde la tierra, el cosmos y naturaleza los cuales permiten dar paso a una nueva vida en la tierra. Es decir, en el momento de mayor apogeo o acumulación de fuerzas cósmicas y en el momento de asomarse el sol se produce el El We Tripantu o Año Nuevo mapuche.

¿Qué es entonces el El We Tripantu? Es el nuevo despertar de la tierra y naturaleza, el despertar de la estrellas y del universo, el despertar de los espíritus protectores y dadores de vida, es el despertar de los hijos de la tierra. Este fenómeno del nuevo despertar se produce en el momento después del profundo descanso que ha experimentado la tierra y la naturaleza, conocido como Rimü o Rimüngen (zambullida o tiempo de descanso), y esto ocurre cuando todos los componentes de la naturaleza y el cosmos en éste lado del hemisferio (sur), devuelven y retro-alimentan a la tierra con sus energías, es el caso concreto de las plantas o árboles logran devolver o a bajar su savia hacia el interior del tronco, luego a la raíz, finalmente para devolverlas por completo a la tierra.


Estamos en El We Tripantu, año nuevo, y además de contar historias antiguas, leyendas, mitos y creencias; curar, quitar las enfermedades y celebrar el año que se va, también se transmiten los conocimientos ancestrales de generación en generación.
Los conocimientos antiguos enseñan que al acercarse el Sol, se recibe más calor, hay que abrigarse menos. El Sol da vida a la tierra, da más brotes de plantas, durante este tiempo cantan los pájaros trinos maravillosos.
Se deja lo viejo atrás y comienza lo nuevo. A media noche toda la familia va a bañarse a las vertientes, para botar lo viejo que se lleva en el cuerpo, y recibir el año nuevo purificados por el agua de la tierra. Previamente hacen una oración de agradecimiento por lo que dejan atrás, y se enfrentan limpiamente para un año nuevo.
Se dan las gracias por las cosas que pasaron, buenas o malas, ya que unas se disfrutan, y de las otras se aprende. Se hacen además las pases, para renovarse y empezar todo de nuevo.
E inmediatamente después, se celebra toda la noche y el otro día completo.
Ese día además, ocurre una actividad muy importante, se entregan oficialmente las funciones a la comunidad por los lonkos (caciques) a los nuevos integrantes de la vida burocrática, los jóvenes que ya están en edad de adquirir responsabilidades. Junto con el Wetripantu (año nuevo), nacen también los personajes nuevos para la comunidad.
Ese día además, ocurre un acto muy simbólico dentro de las familias. Ese día el abuelo, sella el pacto de linaje familiar, entregándole su nombre a su nieto en edad previa a la adultez. Esta ceremonia se llama "lakutun" y es muy importante porque no solo se continúa el linaje sino que además, se preservan las tradiciones y riquezas propias de cada familia.
También se hacen solamente durante esta noche, los katawün, u orificios en la oreja para colocarse aros. Extraña costumbre adoptada apenas un siglo antes de la llegada de los españoles, influenciados quizás por los Inkas.


El We Tripantu siempre se recibe con mucha alegría. A partir de ahora las flores brotan, los ríos corren vigorosos y los animales comienzan a aparearse y generar más vida.
Para comprender este pensamiento tal vez deberíamos fijarnos más en nuestro medio, en lo que nos rodea, en nuestros bosques y montañas, ríos y lagunas, valles y desiertos, en nuestra tierra.


Es el momento en que la fuerza propia de la vida, de la naturaleza, eleva en la savia de los árboles el nivel de vibración molecular y los seres vivientes regulan su pulsación con el ritmo lunar. El mapuche piensa y siente que las aguas traspasadas por la energía magnética de la luna en esa fecha tienen una energía diferente por lo que toda la familia debe armonizarse con la naturaleza por medio del baño de inmersión bajo cualquier condición climática. Es el tiempo de armonía familiar y de amistad. El quimün (conocimiento) mapuche es un modelo práctico de inter-relación social y espiritual, no es un evento folclórico. El modelo wetripantu se inserta en la cultura, desde una perspectiva epistemológica, social y espiritual, como columna dinámica unificadora de la sociedad y que mantiene la cohesión y filiación del mapuche con su cultura e Identidad.

La festividad social espiritual Wetripantü, es un escenario en el que una misma fuerza espiritual denominada newen, estremece de energía a todos los seres vivientes y hace de los hombres y mujeres, hermanas y hermanos con todos los elementos de su medio.Existe un punto cósmico desde donde se gestiona un estado de renovación física y psíquica, determinado por el regreso del sol a ciertas coordenadas espaciales, que da paso a otro período de tiempo que desde su inicio está energizado por el movimiento lunar.



En la ilustración apreciamos un chaman bailando sobre el Kultrun, el tambor mapuche que simboliza la cosmovisión de esta nación americana pre-europea.





Fuente: Agradezco fundamentalmente a Irma, Blanca y también a Fabián, un niño de 8 años, todos ellos integrantes de la Comunidad Mapuche del maravilloso Cerro Curruhuinca, en San Martín de los Andes, que fueron los guías que nos acompañaron en el ascenso al cerro, en diferentes momentos. Mucho aprendí de ellos en el amor a la Tierra, en el amor por la humanidad, la naturaleza, en sus convicciones por sus conceptos de calidad de vida, en la fuerza que ponen por transmitir su cultura y mantenerla. Profundamente agradecida Padre por tanta enseñanza.

Otros: Religiosidad Mapuche, - http://www.nuestro.cl/ - http://www.circuloastronómico.cl/




Los días del sol quieto: bajo el Solsticio

Comenzamos el mes de Junio viajando bajo Escorpio, pero a partir del 7 y hasta el 20, lo hacemos bajo Ofiuco, para pasar a Sagitario, después del Solsticio.

El 21 de Junio inicia el Solsticio, la Tierra le muestra al Sol un lugar sobre el Trópico de Cáncer, en el hemisferio sur será el día más corto y la noche más larga del año.


Sábado 24: Fin del Solsticio, Sol quieto, el Sol aparece y desaparece algunos minutos de grado más al Sur y el día es algunos minutos más largo.

Pasaremos en estos días por el Solsticio de Junio, momento de año en que culminan, el invierno del hemisferio sur y el verano del hemisferio norte, y que curiosamente los gobiernos utilizan para indicar el inicio de ambas estaciones, cuando en realidad en el sur está lloviendo y nevando desde Mayo y en el norte las canículas comenzaron por la misma época. El 21 (o 22) de Junio se produce en el hemisferio sur el día más corto y la noche más larga del año.

Al llegar al Solsticio de Junio, visto desde la Tierra, nos parece que el Sol se detiene en el cielo, lo que se nota especialmente al amanecer y atardecer, cuando el Sol, que ha estado apareciendo y desapareciendo cada vez más al norte, detiene su andar y aparece y desaparece en el mimo punto por cerca de dos semanas. De allí el nombre de la fecha: "Solsticio", "Sol Quieto" en latín.

A los antiguos habitantes de estas tierras ya les parecía muy preocupante ver que el Sol se alejaba hacia el norte provocando bajas en las temperaturas y generando la estación fría, pero cuando luego se detenía y en lugar de regresar hacia el sur trayendo nuevamente calor, se detenía y parecía dudar de su regreso. Ellos, que conocían de la importancia del Sol en sus vidas y en las estaciones, sentían que debían de hacer algo.

Los Incas de Perú realizaban con este motivo una gran ceremonia en el Cuzco, cuyos detalles e intenciones no conocemos por haber sido prohibida en tiempos del dominio español, posteriormente ha sido resucita con fines turísticos en la fortaleza de Sacsayhuaman y que se ha transformado en un gran evento cultural. La fiesta está siendo celebrada también en pueblos quechuas y aymaras de la región de Tarapacá en Chile y Bolivia.

Los pueblos atacameños del Desierto de Atacama, según nuestro informante Emilio Mendoza de Río Grande, celebraban en estos días una ceremonia de amanecida en la que con mucha algarabía intentaban llamar la atención del Sol, que se había quedado distraído en algún misterioso quehacer.
Los mapuches, uno de los pueblos originarios de Chile y Argentina y que vivía en regiones más australes de América del Sur, entre los 40 y 45 grados de latitud sur, celebra esta fecha como su cambio de año, el
Wetripantu, una celebración de reflexión y renacer, asociada más a la naturaleza que al Sol mismo. En sus tierras de origen en esta época casi no se ve el Sol, ya que llueve la mayor parte del invierno.

La situación equivalente se vive en el hemisferio norte en el mes de Diciembre y esta es la razón que las fiestas de la Navidad y Año Nuevo sean tan relevantes. Estas fiestas fueron traídas por nuestros antepasados europeos a América y hoy son celebradas si conocer sus verdaderos orígenes.

En el sur, el Sol parece detener su desplazamiento aparente de sur a norte, entre el 18 y el 23 de Junio de cada año, por lo que se celebran diversos ritos para lograr que el Sol regrese hacia el Sur. Si pueden, podrán observar que entre los días mencionados, el Sol aparece y desaparece por el mismo punto de los horizontes Este y Oeste respectivamente.
Estos son los días más cortos del año en el hemisferio sur, pero a partir del 26 y gracias a las rogativas realizadas, es seguro que el Sol regresará a este hemisferio, trayendo la esperanza de una nueva primavera.


'El 21 de junio al mediodía se produce un Cambio de Tiempo descrito en el Calendario Maya' 'Se producirá un sobretono armónico que cambiará la Tierra a una nueva dimensión' 'Dicho sobretono se comunicará a través de superconsciencia a unos seis mil millones de seres humanos sobre el planeta'

Judith Moore en Nuevo México recibió información de que el próximo sábado 21 de junio al mediodía es el cambio de tiempo en el Calendario Galáctico Maya. A ella le dijeron trece abuelas sabias que saldría una nota creando el sonido armónico que cambiaría a la Tierra en una nueva dimensión en ese día.

Ella recibió información de que el Cambio de Tiempo hablado en el Calendario Galáctico Maya ocurrirá el 21 de junio de 2.008 cuando se cree un sobretono armónico. Un sobretono alinea todos los soles y códigos solares galácticos y el Uno Armónico de la Fuente.

Existe una necesidad fundamental de que haya una vibración sobre este planeta para que se sintonice a través de la conciencia de los cuerpos de Luz que hayan alcanzado la capacidad de unión armónica. A través de esta comunión de almas se levantará la Tierra más allá del riesgo de que exceda los límites para estabilizarse. Debe haber un sobretono armónico generado desde las masas de Seres Despiertos.

Este sobretono armónico se debe calibrar en una onda que se mueva a través del planeta para crear un tono al mediodía del sábado 21 de junio de 2.008. Un sobretono se debe crear simultáneamente para la apertura de un código solar desde el Gran Sol Central. Ese código solar crea un nuevo modelo de lenguaje desde los planos de la mecánica cuántica y la energía cuántica. El tono se debe comunicar a través del campo del Grial Galáctico Unificado en un sobretono armónico.

Este tono se comunicará a través de superconsciencia a seis mil millones de seres humanos sobre el planeta para crear una forma de onda que acelera el continuo espacio tiempo de la Tierra. Mi petición es que los Trabajadores de la Luz de la Tierra unamos nuestro corazón al mediodía del sábado 21 de junio de 2.008, con la intención de cambiar a Gaia a su nueva forma de Amor, Unidad, Paz y Armonía.

Siéntase libres de utilizar el sonido, la oración, la visualización y la petición del corazón. Sólo entren en quietud en el corazón y oirán la nota que nos une a todos nosotros en el Amor Uno. Organicen grupos si es posible para reunirse en ese momento y ampliar la energía".



Fuente: Círculo Astronómico de Chile y http://www.arteplanetario.info/
En la fotografía observamos la Constelación de la Osa Mayor ubicada en el hemisferio norte, y es como se verá desde las regiones más cercanas al ecuador de la Tierra del hemisferio sur.


miércoles, 21 de mayo de 2008

La Coexistencia de realidades, a través de un cuento de Ray Bradbury

Queridos amigos:
La coexistencia de realidades es un hecho que se refleja cada vez con mayor claridad en el mundo de hoy.
Las dos Tierras coexistirán hasta que la trasposición espacio temporal ocurra. Como siempre, nuestro Libre Albedrío determinará dónde elijamos vivir.

Esta ficción expresada en el cuento de Ray Bradbury "Encuentro Nocturno", muestra una realidad posible para quien por instantes vea pasado, presente y futuro del tiempo lineal unirse en una intersección del camino.

Que lo disfruten
Un abrazo de luz
Brinda Mair


ENCUENTRO NOCTURNO – Ray Bradbury

Cuento perteneciente a “Crónicas Marcianas”


Antes de subir hacia las colinas azules, Tomás Gómez se detuvo en la solitaria estación de gasolina.
—Aquí se sentirá usted bastante solo —le dijo al viejo.
El viejo pasó un trapo por el parabrisas de la camioneta.
—No me quejo.
—¿Le gusta Marte?
—Muchísimo. Siempre hay algo nuevo. Cuando llegué aquí el año pasado, decidí no esperar nada, no preguntar nada, no sorprenderme por nada. Tenemos que mirar las cosas de aquí, y qué diferentes son. El tiempo, por ejemplo, me divierte muchísimo. Es un tiempo marciano. Un calor de mil demonios de día y un frío de mil demonios de noche. Y las flores y la lluvia, tan diferentes. Es asombroso. Vine a Marte a retirarme, y busqué un sitio donde todo fuera diferente. Un viejo necesita una vida diferente. Los jóvenes no quieren hablar con él, y con los otros viejos se aburre de un modo atroz. Así que pensé: lo mejor será buscar un sitio tan diferente que uno abre los ojos y ya se entretiene. Conseguí esta estación de gasolina. Si los negocios marchan demasiado bien, me instalaré en una vieja carretera menos bulliciosa, donde pueda ganar lo suficiente para vivir y me quede tiempo para sentir estas cosas tan diferentes.
—Ha dado usted en el clavo —dijo Tomás. Sus manos le descansaban sobre el volante. Estaba contento. Había trabajado casi dos semanas en una de las nuevas colonias y ahora tenía dos días libres y iba a una fiesta.
—Ya nada me sorprende —prosiguió el viejo—. Miro y observo, nada más. Si uno no acepta a Marte como es, puede volverse a la Tierra. En este mundo todo es raro; el suelo, el aire los canales, los indígenas (aun no los he visto, pero dicen que andan por aquí) y los relojes. Hasta mi reloj anda de un modo gracioso. Hasta el tiempo es raro en Marte. A veces me siento muy solo, como si yo fuese el único habitante de este planeta; apostaría la cabeza. Otras veces me siento como si me hubiera encogido y todo lo demás se hubiera agrandado. ¡Dios! ¡No hay sitio como éste para un viejo! Estoy siempre alegre y animado. ¿Sabe usted cómo es Marte? Es como un juguete que me regalaron en Navidad, hace setenta años. No sé si usted lo conoce. Lo llamaban calidoscopio: trocitos de vidrio o de tela de muchos colores. Se levanta hacia la luz y se mira y se queda uno sin aliento. ¡Cuántos dibujos! Bueno, pues así es Marte. Disfrútelo. Tómelo como es. ¡Dios! ¿Sabe que esa carretera marciana tiene dieciséis siglos y aún está en buenas condiciones? Es un dólar cincuenta. Gracias. Buenas noches.
Tomás se alejó por la antigua carretera, riendo entre dientes.


Era un largo camino que se internaba en la oscuridad y las colinas. Tomás, con una sola mano en el volante, sacaba con la otra, de cuando en cuando, un caramelo de la bolsa del almuerzo. Había viajado toda una hora sin encontrar en el camino ningún otro automóvil, ninguna luz. La carretera solitaria se deslizaba bajo las ruedas y sólo se oía el zumbido del motor. Marte era un mundo silencioso, pero aquella noche el silencio era mayor que nunca. Los desiertos y los mares secos giraban a su paso y las cintas de las montañas se alzaban contra las estrellas.
Esta noche había en el aire un olor a tiempo. Tomás sonrió. ¿Qué olor tenía el tiempo? El olor del polvo, los relojes, la gente. ¿Y qué sonido tenía el tiempo? Un sonido de agua en una cueva, y una voz muy triste y unas gotas sucias que caen sobre cajas vacías y un sonido de lluvia. Y aún más, ¿a qué se parecía el tiempo? A la nieve que cae calladamente en una habitación oscura, a una película muda en un cine muy viejo, a cien millones de rostros que descienden como esos globitos de Año Nuevo, que descienden y descienden en la nada. Eso era el tiempo, su sonido, su olor. Y esta noche (y Tomás sacó una mano fuera de la camioneta), esta noche casi se podía tocar el tiempo.


La camioneta se internó en las colinas del tiempo. Tomás sintió unas punzadas en la nuca y se sentó rígidamente, con la mirada fija en el camino.
Entraba en una muerta aldea marciana; paró el motor y se abandonó al silencio de la noche. Maravillado y absorto contempló los edificios blanqueados por las lunas. Deshabitados desde hacía siglos. Perfectos. En ruinas, pero perfectos.
Puso en marcha el motor, recorrió algo más de un kilómetro y se detuvo nuevamente. Dejó la camioneta y echó a andar llevando la bolsa de comestibles en la mano, hacia una loma desde donde aún se veía la aldea polvorienta. Abrió el termos y se sirvió una taza de café. Un pájaro nocturno pasó volando. La noche era hermosa y apacible.
Unos cinco minutos después se oyó un ruido. Entre las colinas, sobre la curva de la antigua carretera, hubo un movimiento, una luz mortecina, y luego un murmullo.
Tomás se volvió lentamente, con la taza de café en la mano derecha.
Y asomó en las colinas una extraña aparición.
Era una máquina que parecía un insecto de color verde jade, una mantis religiosa que saltaba suavemente en el aire frío de la noche, con diamantes verdes que parpadeaban sobre su cuerpo, indistintos, innumerables, y rubíes que centelleaban con ojos multifacéticos. Sus seis patas se posaron en la antigua carretera, como las últimas gotas de una lluvia, y desde el lomo de la máquina un marciano de ojos de oro fundido miró a Tomás como si mirara el fondo de un pozo.


Tomás levantó una mano y pensó automáticamente:
¡Hola!, aunque no movió los labios. Era un marciano. Pero Tomás había nadado en la Tierra en ríos azules mientras los desconocidos pasaban por la carretera, y había comido en casas extrañas con gente extraña y su sonrisa había sido siempre su única defensa. No llevaba armas de fuego. Ni aun ahora advertía esa falta aunque un cierto temor le oprimía el pecho.
También el marciano tenía las manos vacías. Durante unos instantes, ambos se miraron en el aire frío de la noche.
Tomás dio el primer paso.
—¡Hola! —gritó.
—¡Hola! —contesto el marciano en su propio idioma. No se entendieron.
—¿Has dicho hola? —dijeron los dos.
—¿Qué has dicho? —preguntaron, cada uno en su lengua.
Los dos fruncieron el ceño.
—¿Quién eres? —dijo Tomás en inglés.
—¿Qué haces aquí —dijo el otro en marciano.
—¿A dónde vas? —dijeron los dos al mismo tiempo, confundidos.
—Yo soy Tomás Gómez,
—Yo soy Muhe Ca.
No entendieron las palabras, pero se señalaron a sí mismos, golpeándose el pecho, y entonces el marciano se echó a reír.
—¡Espera!
Tomás sintió que le rozaban la cabeza, aunque ninguna mano lo había tocado.
—Ya está —dijo el marciano en inglés—. Así es mejor.
—¡Qué pronto has aprendido mi idioma!
—No es nada.
Turbados por el nuevo silencio, ambos miraron el humeante café que Tomás tenía en la mano.
—¿Algo distinto? —dijo el marciano mirándolo y mirando el café, y tal vez refiriéndose a ambos.
—¿Puedo ofrecerte una taza? —dijo Tomás.
—Por favor.
El marciano descendió de su máquina.


Tomás sacó otra taza, la llenó de café y se la ofreció.
La mano de Tomás y la mano del marciano se confundieron, como manos de niebla.
—¡Dios mío! —gritó Tomás, y soltó la taza.
—¡En nombre de los Dioses! —dijo el marciano en su propio idioma.
—¿Viste lo que pasó? — murmuraron ambos, helados por el terror.
El marciano se inclinó para tocar la taza, pero no pudo tocarla.
—¡Señor! —dijo Tomás.
—Realmente... —comenzó a decir el marciano. Se enderezó, meditó un momento, y luego sacó un cuchillo de su cinturón.
—¡Eh! —gritó Tomás.
—Has entendido mal. ¡Tómalo!
El marciano tiró al aire el cuchillo. Tomás juntó las manos. El cuchillo le pasó a través de la carne. Se inclinó para recogerlo, pero no lo pudo tocar y retrocedió, estremeciéndose.
Miró luego al marciano que se perfilaba contra el cielo.
—¡Las estrellas! —dijo.
—¡Las estrellas! —respondió el marciano mirando a Tomás.
Las estrellas eran blancas y claras más allá del cuerpo del marciano, y lucían dentro de su carne como centellas incrustadas en la tenue y fosforescente membrana de un pez gelatinoso; parpadeaban como ojos de color violeta en el estómago y en el pecho del marciano, y le brillaban como joyas en los brazos.
—¡Eres transparente! —dijo Tomás.
—¡Y tú también! —replicó el marciano retrocediendo.
Tomás se tocó el cuerpo, sintió su calor y se tranquilizó. «Yo soy real», pensó.


El marciano se tocó la nariz y los labios.
—Yo tengo carne —murmuró—. Yo estoy vivo.
Tomás miró fijamente al fío.
—Y si yo soy real, tú debes de estar muerto.
—¡No! ¡Tú!
—¡Un espectro!
—¡Un fantasma!
Se señalaron el uno al otro y la luz de las estrellas les brillaba en los miembros como dagas, como trozos de hielo, como luciérnagas, y se tocaron otra vez y se descubrieron intactos, calientes, animados, asombrados, despavoridos, y el otro, ah, si, ese otro, era sólo un prisma espectral que reflejaba la acumulada luz de unos mundos distantes.
Estoy borracho, pensó Tomás. No se lo contaré mañana a nadie. No, no.
Se miraron un tiempo, de pie, inmóviles, en la antigua carretera.
—¿De dónde eres? —preguntó al fin el marciano.
—De la Tierra.
—¿Qué es eso?
Tomás señaló el firmamento.
—¿Cuándo llegaste?
—Hace más de un año, ¿no recuerdas?
—No.
—Y todos vosotros estabais muertos, así lo creímos. Tu raza ha desaparecido casi totalmente ¿no lo sabes?
—No. No es cierto.
—Sí. Todos muertos. Yo vi los cadáveres. Negros, en las habitaciones, en las casas. Muertos. Millares de muertos.
—Eso es ridículo. ¡Estamos vivos!
—Escúchame. Marte ha sido invadido. No puedes ignorarlo. Has escapado.
—¿Yo? ¿Escapar de qué? No entiendo lo que dices. Voy a una fiesta en el canal, cerca de las montañas Eniall. Allí estuve anoche. ¿No ves la ciudad?
Tomás miró hacia donde le indicaba el marciano y vio las ruinas.
—Pero cómo, esa ciudad está muerta desde hace miles de años.
El marciano se echó a reír.
—¡Muerta! dormí allí anoche.
—Y yo estuve allí la semana anterior y la otra, y hace un rato y es un montón de escombros. ¿No ves las columnas rotas?
—¿Rotas? Las veo perfectamente a la luz de la luna. Intactas.
—Hay polvo en las calles —dijo Tomás.
—¡Las calles están limpias!
—Los canales están vacíos.
—¡Los canales están llenos de vino de lavándula!
—Está muerta.
—¡Está viva! —protestó el marciano riéndose cada vez más—. Oh, estás muy equivocado ¿No ves las luces de la fiesta? Hay barcas hermosas esbeltas como mujeres, y mujeres hermosas esbeltas como barcas; mujeres del color de la arena, mujeres con flores de fuego en las manos. Las veo desde aquí, pequeñas, corriendo por las calles. Allá voy, a la fiesta. Flotaremos en las aguas toda la noche, cantaremos, beberemos, haremos el amor. ¿No las ves?
—Tu ciudad está muerta como un lagarto seco. Pregúntaselo a cualquiera de nuestro grupo. Voy a la Ciudad Verde. Es una colonia que hicimos hace poco cerca de la carretera de Illinois. No puedes ignorarlo. Trajimos trescientos mil metros cuadrados de madera de Oregon, y dos docenas de toneladas de buenos clavos de acero, y levantamos a martillazos los dos pueblos más bonitos que hayas podido ver. Esta noche festejaremos la inauguración de uno. Llegan de la Tierra un par de cohetes que traen a nuestras mujeres y a nuestras amigas. Habrá bailes y whisky...

El marciano estaba inquieto.
—¿Dónde está todo eso?
Tomás lo llevó hasta el borde de la colina y señaló a lo lejos.
—Allá están los cohetes. ¿Los ves?
—No.
—¡Maldita sea! ¡Ahí están! Esos aparatos largos y plateados.
—No.
Tomás se echó a reír.
—¡Estás ciego!
—Veo perfectamente. ¡Eres tú el que no ve!
—Pero ves la nueva ciudad, ¿no es cierto?
—Yo veo un océano, y la marea baja.
—Señor, esa agua se evaporó hace cuarenta siglos.
—¡Vamos, vamos! ¡Basta ya!
—Es cierto, te lo aseguro.
El marciano se puso muy serio.
—Dime otra vez. ¿No ves la ciudad que te describo? Las columnas muy blanca, las barcas muy finas, las luces de la fiesta... ¡Oh, lo veo todo tan claramente! Y escucha... Oigo los cantos. ¡No están tan lejos!
Tomás escuchó y sacudió la cabeza.
—No.
—Y yo, en cambio, no puedo ver lo que tú me describes —dijo el marciano.
Volvieron a estremecerse. Sintieron frío.
—¿Podría ser?
—¿Qué?
—¿Dijiste que «del cielo»?
—De la Tierra.
— La Tierra , un nombre, nada —dijo el marciano—. Pero... al subir por el camino hace una hora... sentí...
Se llevó una mano a la nuca.
—¿Frío?
—Sí.
—¿Y ahora?
—Vuelvo a sentir frío. ¡Qué raro! Había algo en la luz, en las colinas, en el camino... —dijo el marciano—. Una sensación extraña... El camino, la luz... Durante unos instante creí ser el único sobreviviente de este mundo.
—Lo mismo me pasó a mí —dijo Tomás, y le pareció estar hablando con un amigo muy íntimo de algo secreto y apasionante.

El marciano meditó unos instantes con los ojos cerrados.
—Sólo hay una explicación. El tiempo. Sí. Eres una sombra del pasado.
—No. Tú, tú eres del pasado —dijo el hombre de la Tierra.
—¡Qué seguro estas! ¿Cómo es posible afirmar quién pertenece al pasado y quién al futuro? ¿En qué año estamos?
—En el año dos mil dos.
—¿Qué significa eso para mí?
Tomás reflexionó y se encogió de hombros.
—Nada.
—Es como si te dijera que estamos en el año 4462853 S.E.C. No significa nada. Menos que nada. Si algún reloj nos indicase la posición de las estrellas...
—¡Pero las ruinas lo demuestran! Demuestran que yo soy el futuro, que yo estoy vivo, que tú estás muerto.
—Todo en mí lo desmiente. Me late el corazón, mi estómago siente hambre, mi garganta sed. No, no. Ni muertos, ni vivos, más vivos que nadie, quizá. Mejor, entre la vida y la muerte. Dos extraños cruzan en la noche. Nada más. Dos extraños que pasan. ¿Ruinas dijiste?
—Sí. ¿Tienes miedo?
—¿Quién desea ver el futuro? ¿Quién ha podido desearlo alguna vez? Un hombre puede enfrentarse con el pasado, pero pensar... ¿Has dicho que las columnas se han desmoronado? ¿Y que el mar está vacío y los canales, secos y las doncellas muertas y las flores marchitas? —El marciano calló y miró hacia la ciudad lejana. —Pero están ahí. Las veo. ¿No me basta? Me aguardan ahora, y no importa lo que digas.
Y a Tomás también lo esperaban los cohetes, allá a lo lejos, y la ciudad, y las mujeres de la Tierra.
—Jamás nos pondremos de acuerdo —dijo.
—Admitamos nuestro desacuerdo —dijo el marciano—. ¿Qué importa quién es el pasado o el futuro, si ambos estamos vivos? Lo que ha de suceder sucederá, mañana o dentro de diez mil años. ¿Cómo sabes que esos templos no son los de tu propia civilización, dentro de cien siglos, desplomados y en ruinas? ¿No lo sabes? No preguntes entonces. La noche es muy breve. Allá van por el cielo los fuegos de la fiesta, y los pájaros.

Tomás tendió la mano. El marciano lo imitó. Sus manos no se tocaron, se fundieron atravesándose.
—¿Volveremos a encontrarnos?
—¡Quién sabe! Tal vez otra noche.
—Me gustaría ir contigo a la fiesta.
—Y a mí me gustaría ir a tu ciudad y ver esa nave de que me hablas y esos hombres, y oír todo lo que sucedió.
—Adiós —dijo Tomás.
—Buenas noches.
El marciano voló serenamente hacia las colinas en su vehículo de metal verde. El terrestre se metió en su camioneta y partió en silencio en dirección contraria.
—¡Dios mío! ¡Qué pesadillas! —suspiró Tomás, con las manos en el volante, pensando en los cohetes, en las mujeres, en el whisky, en las noticias de Virginia, en la fiesta.
—¡Qué extraña visión! —se dijo el marciano, y se alejó rápidamente, pensando en el festival, en los canales, en las barcas, en las mujeres de ojos dorados, y en las canciones.
La noche era oscura. Las lunas se habían puesto. La luz de las estrellas parpadeaba sobre la carretera ahora desierta y silenciosa. Y así siguió, sin un ruido, sin un automóvil, sin nadie, sin nada, durante toda la noche oscura y fresca.

F I N










domingo, 18 de mayo de 2008

El Festival de Wesak, Luna Llena de Tauro

Es el Festival del Buda, el In­termediario espiritual entre Shamballa, el centro espiri­tual más elevado, y la Jerarquía. El Buda es la expre­sión de la Sabiduría de Dios, la Personificación de la Luz y el Que señala el propósito divino. La fecha será fijada anualmente de acuerdo a la Luna llena de Tauro, así como sucede actualmente, siendo el gran Festival de Oriente.

Según la leyenda,

"Existe un valle situado a una altura bastante elevada al pie de los Himalayas Tibetanos. Este valle está rodeado por altas montañas a ambos lados con excepción del noreste, en donde hay una estrecha abertura. El valle tiene la forma de un ánfora enfocada hacia el noreste, abriéndose considerablemente hacia el Sur. Hacia el extremo Norte y cerca de la embocadura del ánfora se halla una gran roca plana. No hay árboles ni arbustos en el valle, el cuál está cubierto con una especie de pasto grueso, pero las laderas de las montañas están cubiertas de árboles.

En la fecha del Plenilunio de Mayo empiezan a afluir peregrinos de todos los distritos próximos; los santos hombres y mujeres, los lamas llegan al Valle y ocupan la parte sur y media dejando el extremo noreste relativamente libre. Allí (según la leyenda) se congrega un grupo de aquellos Grandes Seres que son los custodios sobre la Tierra del Plan de Dios para nuestro Planeta y para la Humanidad. El nombre que le damos a estos Seres no tiene gran importancia, el creyente cristiano preferirá hablar de Cristo y Su Iglesia, y Los considerará parte de esa Gran Nube de testigos que garantizan a la humanidad la salvación definitiva.

Los esotéricos del mundo pueden llamarlos, los Maestros de Sabiduría, la Jerarquía Planetaria, que en sus diversos grados están regidos y guiados por Cristo, el Maestro de Maestros, de Ángeles y de Seres Humanos por igual; o pueden también llamarlos los Rishis de las Escrituras Hindúes, o la Sociedad de Mentes Iluminadas, según la enseñanza tibetana. Ellos son los Grandes Intuitivos y los Grandes Compañeros según la presentación moderna y son el conjunto de la humanidad perfeccionada, que han seguido los pasos de Cristo y han penetrado, por nosotros, en los misterios, dándonos ejemplo para que hagamos lo que ellos han hecho. Con su Sabiduría, Amor y Conocimiento constituyen una muralla protectora para la humanidad y tratan de guiarnos paso a paso, (como ellos fueron guiados en su momento) de la oscuridad a la Luz, de lo irreal a lo Real, de la muerte a la Inmor­talidad. Este grupo de Conocedores son los principales participantes del Festival Wesak. Se sitúan en el confín noreste del Valle y en círculos concéntricos (de acuerdo al estado y grado de Su desarrollo iniciático), se preparan para un gran acto de servicio. Frente a la roca, mirando al noreste, están Aquellos Seres que son llamados por sus discípulos "Los Tres Grandes Señores" que son: el Cristo, que se sitúa en el centro; el Señor de las Formas Vivientes, el Manú, que se sitúa a Su Derecha; y el Señor de la Civilización, que se sitúa a Su izquierda. Los Tres se colocan frente a la roca, en la que descansa una gran copa de cristal llena de agua."

“Detrás del Grupo de Maestros, Adeptos, Iniciados y Colaboradores Mayores en el Plan de Dios, se encuentran los discípulos y aspirantes del mundo, en sus varios grados y grupos, “en el cuerpo o fuera de él” (citando a S. Pablo), quienes constituyen en esta época el Nuevo Grupo de Servidores del Mundo. Los que estaban presentes físicamente, llegaron allí por medios comunes. Otros estaban presentes en sus cuerpos espirituales y otros en sueños. El "sueño" que ellos relatan, ¿no podría ser el reconocimiento físico y el recuerdo de un suceso espiritual interno?.

Al acercarse el momento de la Luna Llena, se produce una gran quietud en la muchedumbre, y todos miran al noreste. Entonces, tienen lugar ciertos movimientos rituales, en los que los Grupos de Maestros y Sus Discípulos de todos los grados, ocupan su lugar en posiciones simbólicas, como la estrella de cinco puntas, con Cristo en la cima; o un triángulo con Cristo en el vértice superior, o una cruz y otras formaciones conocidas, que tienen un profundo y potente significado. Todo esto se hace mientras se entonan ciertas palabras y frases esotéricas, llamadas mántrams".

Tres palabras: inspiración, ansia y expectativa, son las que mejor describen el ambiente que rodea a los que asisten a esta Ceremonia en el Valle Secreto.

“El cántico y el movimiento rítmico se intensifican cada vez más y todos los participantes y la multitud elevan sus ojos hacia el cielo, en dirección de la angostura del Valle.
Unos pocos minutos antes de la hora exacta de la Luna Llena puede verse, a lo lejos, un pequeño punto en el cielo, acercándose cada vez más y poco a poco su silueta se hace más nítida, se definen sus contornos hasta que la forma de BUDA se hace visible. Sentado en posición de loto, envuelto en su mantoazafrán, bañado en Luz y Color, y con una mano extendida bendiciendo.

Cuando Buda llega al punto exacto central sobre la gran roca, flotando sobre las cabezas de los Tres Grandes Señores, un gran mántram, que se pronuncia una vez al año en el Festival, es entonado por Cristo y todos los asistentes, que se encuentran en el Valle se postran. Esta Invocación produce una gran vibración o corriente de pensamiento, ¡de tal potencia!, que llega, desde el grupo de aspirantes, discípulos e iniciados hasta Dios mismo. Señala el momento supremo del intenso esfuerzo espiritual de todo el año y la vitalización espiritual de la humanidad y sus efectos espirituales duran a través de los meses subsiguientes.

El efecto de esta Gran Invocación es universal o cósmico, y sirve para unirnos con ese Centro Cósmico de Fuerza Espiritual, del cual han venido todos los seres de la Creación. Se imparte la Bendición y Cristo, como representante de la humanidad la recibe para distribuirla".

Así, según la leyenda, Buda vuelve una vez al año, para bendecir al mundo, trasmitiendo a través de Cristo, nueva vida espiritual.

"Luego... lentamente, Buda se aleja, hasta que nuevamente puede verse sólo un punto en el cielo que finalmente desaparece. Todo el ceremonial de la bendición, desde su primera aparición en la lejanía, hasta el momento en que Buda desaparece, tarda sólo ocho minutos. El sacrificio anual de Buda por la humanidad (pues viene a costa de un gran sacrificio) ha terminado y Él retorna nuevamente a ese Alto Lugar donde trabaja y espera. Año tras año vuelve para bendecir, año tras año la misma ceremonia se realiza, año tras año Buda y Su Gran Hermano, Cristo, trabajan en la más íntima cooperación para el beneficio espiritual de la humanidad.

En estos dos Grandes Hijos de Dios, se han concentrado dos aspectos de la Vida Divina. Ellos actúan juntos como custodios del más elevado tipo de fuerza espiritual, a la que la humanidad puede responder.

Mediante Buda fluye la Sabiduría de Dios; mediante Cristo el Amor de Dios se manifiesta a la humanidad; esta Sabiduría y este Amor se derraman sobre la humanidad cada Luna Llena de Mayo".

"Cuando Buda ha desaparecido, la multitud se pone de pie, el agua de la copa es distribuida en pequeñas porciones a los Maestros, Iniciados y discípulos, y luego ellos retornan al lugar del servicio.

La multitud bebe el agua, en copas o jarros que han traído y la comparten con los demás. En esta magnífica “Ceremonia del Agua” se nos presenta en forma simbólica la Nueva Era de Acuario, que está ya en el umbral. La era de “Acuario”: la del "Aguador", como dijo Cristo en ese episodio que precedió al servicio de comunión iniciado por Él.

Esta Ceremonia perpetúa para nosotros el hecho de la universalidad del Amor de Dios, la necesidad de nuestra purificación individual y la oportunidad de compartir con cada uno lo que pertenece a todos. El agua, magnetizada por la presencia de Buda y de Cristo, contiene ciertas propiedades y virtudes que ayudan y curan. Bendita así, la multitud se dispersa silenciosamente, los Maestros y discípulos regresan con renovada fuerza para cumplir otro año de servicio en el mundo".

El período del Festival Wesak se ha extendido últimamente a cinco días de trabajo y servicio; es decir, los dos días anteriores, el mismo día del Festival y los dos días siguientes. La hora exacta del Festival Wesak es en sí misma de gran importancia.

Los días de preparación se conocen bajo el nombre de "Días de Renunciación y Desapego". El día del Festival se llama "Día de Salvaguardia" y los dos días siguientes son los "Días de Distribución". Esto exige cinco días de intenso esfuerzo en el servicio que nos conduce a renunciar a todo lo que pudiera dificultar nuestra eficacia como servidores y canales para la Energía Espiritual; esto significa que, después de la debida preparación, dedicación, y esfuerzo ascendente, durante los dos primeros días, el día del Festival nos consideramos simplemente como recipientes para contener la máxima cantidad de energía espiritual que podamos aceptar.

Como canales, debemos estar preparados a olvidarnos de nosotros mismos en el servicio de alcanzar, absorver y conservar esta energía para toda la humanidad. Hemos de aprender a considerar el día del Festival como un día de silencio ‑silencio subjetivo y de paz interna‑ que se pueden mantener ininterrumpidos aunque al mismo tiempo sirvamos a los demás, en palabra y acción.



Fuente: Alice Bailey

Fotos del Valle de Wesak - Cliquea aquí: http://www.esotericpublishing.com/wesak/el_valle_de_wesak07.html


sábado, 17 de mayo de 2008

El Canto de las Sirenas, por Brinda Mair

Los humanos somos viajeros del tiempo cuartodimensionales. Viajamos por el océano multidimensional de cuarta dimensión a través de nuestros pensamientos y nuestras emociones.La emoción que más nos moviliza para este viaje es el miedo. En el diccionario de la Real Academia Española dice que el antónimo de miedo es valor, audacia.Quiere decir, que el mismo miedo que nos impulsa a movilizarnos en la 4D es la misma energía que nos paraliza de actuar en 3D y viceversa: el mismo miedo (4D) cuando logro que me deje de paralizar y muevo al físico para actuar es el que me da valor y audacia para hacer lo que nunca me atreví.

Sin embargo, no deja de ser miedo, y no deja de estar en 4D / 3D. Nada ascendió por más que mi ser inferior crea que me superé porque dejé de asustarme o de paralizarme ante una determinada situación. Lo único que hice es plasmarlo en 3D a través de una acción cuando manifesté arrojo, atrevimiento o bien parálisis. Todas son manifestaciones posibles en el mundo físico de la misma energía.

Sin embargo, no ascendí, si hubiera ascendido la emoción del miedo la ilusión se desvanecería, desaparecería el "peligro", lo que me movilizaba al miedo, YO NO ACTUARÍA HACIENDO LO CONTRARIO, el que actuaría es el MISMO ESTIMULO, DESAPARECIENDO, eso indicaría que el miedo desapareció de mí, que la energía ya no está en mí ni como miedo ni como arrojo (su repolarización, su opuesto). Sólo hay armonía.

De la misma forma que hoy y que siempre, en nuestro Eterno Presente, el hombre ha viajado por el océano cuartodimensional a través de los mares de su miedo, muchas veces confundido con valor.El valor era una cualidad muy preciada por el hombre antiguo. Era lo que lo hacía hombre para dejar de ser niño.¿Pero y su Niño, su Niño Interno, se haría hombre con él? Evidentemente que no, porque el Ego/Niño Interior a quien no se lo cuida ni se lo integra simplemente se lo obliga a tirarse a una pileta para que aprenda a nadar, por más que el Ego físico manifieste valor, el Ego emocional, tiene miedo y crea situaciones en la vida del hombre para poner a prueba cada vez más su supuesto valor. Lo mismo ocurre con el Ego físico que ostenta como un valor "Yo soy fuerte, lo demuestra mi fortaleza en medio de situaciones de vida difíciles". Como dije antes, el valor esconde un miedo que en este caso es la debilidad. El Ego/Niño Interior de esta persona es muy débil y tiene tanto miedo de su arrojo que le genera cada vez más una vida más y más difícil, a ver si logra que alguna vez se detenga y lo ame, se ame a sí mismo no agrediendo más a su niño.

Hasta aquí, esta descripción que corresponde a una célula de tiempo, nuestro hoy, en 4D (emociones y pensamientos) y en 3D (mundo físico). Nada ascendió pese a que hayamos en apariencia, (en la ilusión) positivizado nuestro miedo. Sólo profundizamos la ilusión anclándonos en ella.Sin embargo, a no activar la culpa por no saber (otro mecanismo de miedo para no dejar de ser, "para no morir"). Este es el primer paso al que nos condujo nuestro Ego Espiritual en el camino hacia el Espíritu. Nuestro Ego Espiritual busca positivizar el mundo, volverlo Luz. El también hace de las suyas y nos hace querer cambiar toda la oscuridad en luz, lo malo en bueno, la guerra en paz. Pero también está en cuarta dimensión (4D más elevada, pero 4D al fin).Pero no se da cuenta de que la luz y la oscuridad son lo mismo y tienen la misma esencia nada más que cambiada de tonalidad.Para ascender, no debo temer a la oscuridad. Debo reconocer su existencia, debo aceptarla y no querer cambiarla, renunciando a mi deseo (inferior) de querer transformarla en luz, porque la Sabiduría Divina hará que cuando llegue mi moméntum, yo me dé cuenta que si ella no existiera, el juego del karma no acabaría nunca porque su existencia me recuerda lo que existe en mi interior. Mientras exista la dualidad manifestada en el plano físico como lucha de polaridades, la ascensión NO ES POSIBLE.

Los que buscan la guerra y me repolarizan a la paz, me están ayudando a ver en qué de mi vida no hay paz y si se libra una intensa guerra. Yo no iría a cargar un misil pero dónde, en qué parte de mí ser interior se libra esa guerra estéril una y otra vez. Contra quién arrojo misiles ¿contra otros o contra mí mismo?

¿Quieren atenuar el peligro de una guerra "externa"? Pues cesemos la guerra interna que se libra dentro de nosotros mismos y la Nueva Tierra será una realidad para aquellos que lo logren. Mientras pedimos PAZ, sin darnos cuenta, (muy propio de la ilusión de la 3D) pedimos guerra. ¿Por qué? Porque si digo NO, a la guerra, es que tengo miedo a la guerra y no tengo paz. Si digo Sí a la paz es que también tengo miedo a que haya guerra, si no, ni me lo plantearía, la posibilidad no existiría.Y el miedo genera lo que el miedo siente. Y al equivocarnos en medio de la ilusión potenciamos energéticamente, cuartodimensionalmente, el miedo y al recargar tanto el océano 4D con él, llegará un momento que la única forma que se hará visible, será manifestándose en el mundo físico.

Quítenle poder. Sánense internamente. Dejen de luchar fuera, miren para adentro y vean dónde se está librando esa guerra. En qué parte de mi vida la estoy librando...

Pero como el caos personal, la enfermedad, el accidente o lo que me hubiera pasado en mi vida no fue suficiente hasta hoy, no le fue suficiente a la Humanidad hasta hoy, para recordar que su primera ocupación debe ser atender el fuego del Espíritu en su interior, y la energía 4D de mi propia multidimensionalidad que viene por vibración planetaria a este espacio - tiempo, ya ingresó en mí ocasionando que todo lo que puse en mi cielo personal caiga para encontrar al Espíritu cumpliendo así las profecías apocalípticas (*), debe manifestarse indefectiblemente en el mundo físico.

La oportunidad está en despertar pronto y darnos cuenta de lo que estamos haciendo.Despertar de la ilusiónEse es nuestro desafío en materia.

Les recordaré una historia.En la Antigüedad los hombres creían que las sirenas encantaban con sus cantos a los marinos que acercaban sus barcos a las costas donde ellas moraban, haciéndolos encallar.El humano que se atrevió a escucharlas y vivir para contarlo, fue Ulises.Los relatos de sus peripecias para llegar a Itaca su hogar, luego de librar una guerra externa en Troya (manifestación de su lucha interna) y ser castigado por los dioses a vagar por el mar hasta que el tiempo fuera cumplido, fueron contados por Homero en "La Odisea".

El mar de Ulises es la 4D. Todos los miedos que no pudo resolver en Troya porque los positivizó transformándolos en valor, se plasmaron en experiencias terroríficas manifestaciones de la lucha interna que se libraba dentro de él y que en la Antigüedad era consideradas hazañas.

Ulises es el arquetipo del hombre espiritual que busca un puerto seguro, nosotros mismos, buscando plasmar la Nueva Tierra.Nos aventuramos en el océano 4D, en nuestro caso, INTERNET (¿acaso no hay algo más etérico que Internet donde todo aparece y desaparece muy rápidamente sin casi dejar secuela en el mundo físico pero que mueve grandes mareas de energía?) y llegamos a distintos puertos, por vibración, a donde la energía de nuestro Ego/Niño Interior nos permite llegar (hay veces para generarnos problemas, vean si no todos los enredos que se arman a través de Internet) o donde nuestra Alma nos impulsa cuando la dejamos entrar. Pero como es energía 4D, nuestro cerebro 3D lee, comprende, se revela, pero no llega a fijar la información, salvo, que le recuerden a un viejo conocido, el miedo. A ése sí lo conoce.Allí el cerebro 3D llegó a un puerto conocido pero que hubiera preferido evitar, pero como ahora es un cerebro 3D de un hombre espiritual, utiliza al Ego Espiritual quien le dice: "Positivizalo".
El cerebro 3D escucha "Habrá guerra", el Ego Espiritual dice "No, a la guerra", pero en 4D hay sólo miedo alimentando el miedo y haciendo que el mar 4D se embravezca cada vez más.

Como le ocurría a Ulises...El creía que el salir airoso de sus hazañas demostrando su valentía era en sí mismo un valor, pero lo único que hacía era que su Ego/Niño Interior le siguiera creando más peligros PARA QUE SE DETUVIERA y mirara hacia adentro y reconociera que todo ese valor, que todo ese arrojo, era nada más que miedo repolarizado.Pero Ulises no lo hizo y siguió adelante, con ayuda ocasional de los dioses o como de la hechicera Circe, que antes de dejarlo partir de su isla le advirtió sobre algunos peligros que se le presentarían mientras que otros le dijo que él mismo debería elegir cuando llegara el momento, como actualmente hacen nuestros guías que en determinado nivel de evolución pueden avisarnos algunas cosas sí y otras no, porque de lo contrario no evolucionaríamos y no avanzaríamos en el océano 4D de nuestros miedos.

Pero Ulises tenía un barco para viajar sobre el mar llevando su motivación que era regresar a su hogar. ¿cuál es nuestro barco y cuál es nuestra carga?

Cuando una carga de Fuego (la motivación proveniente de nuestro Ser Superior de plasmar la Nueva Tierra) debe viajar por Agua (océano multidimensional 4D), es natural que ese contacto de elementos contradictorios produzca en nosotros un tormento.¿A qué se debe el tormento? Nuestros sentimientos reciben un impulso energético (superior) proveniente de nuestra Alma que tiene conocimiento de cómo abandonar nuestro laberinto 4D siguiendo el diseño del Plano Azul Original y se lanzan con vehemencia a la realización de aquello que desean. Pero el impulso, que es Fuego, tiene una dinámica diferente u opuesta a las aspiraciones del deseo (Agua). Entonces el deseo, potenciado por un lado, se ve en la obligación de someterse a las reglas del Ego Espiritual, por el otro.

Puede y quiere hacer, pero no debe, de ahí el tormento, que se resolverá saltándose la barrera del deber, o bien reprimiendo el deseo. Si transgrede la regla esto le generará un tormento aún mayor. Si no lo hace, el deseo se retorcerá en su insatisfacción.

Bajémoslo más a 3D.

Si una persona está casada "felizmente" (entre comillas) y sostiene ese matrimonio en base a una creencia sobre sí misma en cuanto a la moral y su Ego Espiritual no le permite ver la energía 4D de su insatisfacción porque se la hace sublimar en adicción al trabajo, a los hijos, etc, etc. Pero el exceso de energía 4D que viene de la pentadimensionalidad abierta con su pareja viene hacia nuestro espacio tiempo, la Era de Acuario, del 7° Rayo, buscando resolverse, y si no se la puede ascender porque el nivel de evolución alcanzado no lo permite, busca plasmarse a través de nuestros Egos inferiores, dado que el Ego espiritual, bloquea la iluminación porque en lugar de entregar al Espíritu lo que no puede realizar lo positiviza.
Entonces ocurrirá tal vez, que su Ego físico la enferme (afectando los chackras inferiores o el cardíaco, hasta el laríngeo por lo que no dice). Como la Misericordia Divina es infinita, tal vez "el susto" de la enfermedad, que es sólo una oportunidad para encontrar al Espíritu, haga que la persona tome conciencia, pero, PERO, como no se da cuenta que el tema es energético-espiritual, no toma conciencia de que debe ocuparse del Espíritu y se ocupa de su cuerpo físico. Toma agua, come sano. Ego físico feliz y en mejoría.Pero la energía 4D sigue sin resolver.

El descuidado Ego emocional, el más niño de todos los egos, comienza a ver cómo atenuar la presión de la energía 4D que lo asfixia ya que "la salida" por el Ego físico, no fue suficiente ni comprendida. Él está en pleno contacto con la multidimensionalidad abierta. Sabe lo que ocurrió con las mismas energías (pareja, situación) en otros espacios tiempo que vienen hoy a resolverse, tiene que hacer algo rápido para dejar de tener miedo y la única forma de sacarlo de la 4D que es donde está él, es plasmándolo en una situación en el mundo físico (3D) para que se haga visible lo invisible.Como es niño, juega o interactúa con otros niños cuartodimensionalmente (también en Internet), entonces, en medio de toda esa energía 4D de nuestro mar embravecido nos encontramos con otro mar, con la misma energía y nos sentimos "hermanados" (todo para que el Ego espiritual no crea otra cosa y me mande sus mensajes de "NO-NO-NO") entonces somos "hermanos cósmicos" para no usar el término "amantes no resueltos" como si fuera una "licencia 4D" tal como en la antigüedad se daban licencias eclesiásticas para perdonar un pecado. Esta es nuestra forma de perdonar nuestra trasgresión energética a nuestra fidelidad, cuando no nos damos cuenta de que nuestro primer compromiso debe ser, ser fieles a nosotros mismos!!! A nuestro Cristo Interior, a nuestro Ser Superior!! Traicionamos a nuestra divinidad interna siguiendo tendencias que pertenecen al elemento Agua y que se oponen a la salida sugerida por nuestra Alma, pretendiendo apagar el Fuego del Espíritu en mí.

Esta persona que apareció en tercer término es el mensajero que me trae noticias de la turbulencia de mi mar 4D, ¿qué hago entonces? ¿cómo resuelvo esto? ¿acaso matando al mensajero? ¿eso hará que mi mar se calme? O haciéndome cargo de la energía 4D que me dediqué a sublimar, esta vez no repolarizándola, sino integrándola, aceptando mi propia negatividad, aceptando que no soy tan bueno ni tan moral como creí ser, perdonándome por no ser perfecto y amándome tal como soy, cesando la lucha interna con mi propia oscuridad. Sólo reconociéndola. Sólo amando mi oscuridad es que sin darme cuenta, cuando llegue el momento, ascendí y la ilusión se desvaneció.El hombre por lo general siempre reaviva la ilusión que lo distrae y sigue escuchando a través del océano cuartodimensional, el canto de las sirenas que lo distraen de su viaje al Espíritu.

¿Cómo hace el Fuego para viajar sobre el Agua? ¿Cómo haremos que nuestro Espíritu que es Uno con el Padre viaje hacia El por el mar 4D sin luchar? pues permitiendo que el Padre sea mi barca. Permitiendo que el Padre que es Espíritu, que es Aire, sea el elemento que permita que estas dos energías opuestas, Fuego y Agua, se reconcilien. Pero para que el Padre sea mi barca -Él está siempre presto a serlo- yo debo dar mi permiso, y mi pase es mi intención de ascender, desde el Alma, NO desde el Ego Espiritual que también me distrae haciéndome creer que hago el trabajo, pero manteniéndome bien anclado en 4D..

Hoy al canto de las Sirenas ya ni si quiera le alcanza distraernos en nuestras pequeñas realidades. El canto de las Sirenas, como Somos Uno cuartodimensionalmente, es mundial y se ha transformado en un grito de la Humanidad: "Sí a la guerra, No a la Guerra, Sí a la Paz". Toda la misma energía que hará que el canto funesto que conlleva muerte y destrucción se materialice para que veamos en el afuera lo que tenemos dentro.¿Es eso necesario para que la Humanidad comprenda? Pero si no comprenden los que tienen una búsqueda espiritual y reenvían una y otra vez infinitos mails que mueven mareas intensas cuartodimensionales del miedo planetario una y otra vez ¿qué queda para quienes ni siquiera tienen una búsqueda espiritual?¿Qué debo hacer?Oficio de Cristo: aceptar, renunciar y morir (ascendiendo al Padre).

ACEPTO que parte de la Humanidad tenga necesidad de sostener la energía de la dualidad para su aprendizajeRENUNCIO a mi deseo de querer cambiar NADA ASCIENDO, entregando al Espíritu lo que no puedo comprender o aceptar y trabajo sobre mi esencia interna,
Y MUERO a quien creí ser.

Queridos amigos, que así como Dios sostuvo a su Hijo cuando caminó sobre las aguas en el Mar de Galilea, que Dios nos sostenga, que Él provea nuestra barcaza para transitar el mar cuartodimensional de la Tierra en ascenso.

Una barcaza donde el hombre que sueña el sueño de la ilusión de 3D ha recordado cómo ser dios porque Dios mora en él. Y abraza a su niño, a su miedo y lo ama... porque sin él no hubiera aprendido el juego de la dualidadY comprende su limitación en materia, pero ya no lucha con ella Y emprende su vuelo mágico sobre ese mar cuartodimensional, cada vez más calmo, con las Alas del Alma a los brazos del Espíritu...

Y el canto de las sirenas ya no se escucha... Y la Nueva Tierra se hace realidad ante sus ojos.

Que el Espíritu nos guíe Siempre

Con Amor Incondicional
Brinda Mair







viernes, 11 de abril de 2008

Se Puede


Se puede caminar por las cornisas
si recuperás la risa dentro de tu corazón.
Se puede comenzar el cambio adentro
construirte un gran silencio
y escuchar solo tu voz.

Se puede confiar en tus sentimientos
y dejar por un momento tu cabeza descansar.
Se puede, lo que falta es que lo creas
que juntes todas tus fuerzas
y que empieces a probar.


También podes decir que no va a andar
sentarte en el camino y criticar a los que van
tratando de encontrar una nueva manera
de vivir, de ser.


También podes, también podes.
Porque de vos depende.
Si quieres,
podes.








Marilina Ross





jueves, 10 de abril de 2008

Pedir con el corazón


Gracias a Dios, estamos aprendiendo que creando nuestra realidad desde el corazón, será más fácil vivir la realidad que cocreemos.

Estábamos acostumbrados a hacerlo desde nuestro tercer chacra, donde reside nuestro ego, quien actúa teniendo como referencia muchos miedos y culpas.

Hoy sabemos que si lo que intentamos es obtener una realidad distinta y lo pedimos desde nuestros apegos y miedos, no funcionará para nada, al contrario, por ley de atracción estaremos atrayendo aquello de lo que tratamos de huir.

Hoy el reto tiene otro contexto que es fluir desde el corazón, sin invocar y evocar temores. De esta manera será más sencillo ver los cambios positivos que queremos.
La energía que guarda nuestro corazón es poderosa, es capaz de abrirnos el camino hacia la vida que ahora queremos.
Sin embargo, dado que todos esos miedos, temores y culpas existen, entonces, ¿Qué hacemos con ellos?
Lo ideal sería trabajar con ellos, trabajar para integrarlos, no para evitarlos o ignorarlos, ya que son parte de nosotros, nuestra sombra, nuestro lado oscuro y por lo tanto, no podemos simplemente creer que no existen.

Hay diversas formas de enfrentarlos y sanarlos en nuestra existencia, terapias diversas.
Yo personalmente encontré CONEXIÓN CON EL ALMA, un taller sanador y de apertura de conciencia, canalizado por Brinda Mair, que es justamente uno de los talleres que aquí ofrezco, y que hoy siento compartir con quien a mí llegue porque lo trabajo en mí y se el vuelco que le dio a mi vida dándome conocimientos y generando Fé.

Cuando identifico y siento un miedo, ahora trato de confrontarlo y ver donde se originó, en qué situación se manifestó.
Y los manifiesta mi niña asustada en situaciones diversas de la vida cotidiana. Me muestra y le agradezco por confiar en mí. Y agradezco tener herramientas para sanar porque así voy liberando y haciendo espacio en mi vida para algo mejor.
Voy haciendo lugar para que Dios habite en mí.

Los miedos, los apegos son grandes maestros en nuestras vidas porque muestran los aspectos que necesitamos sanar, pero si los guardamos nos estorbarían en nuestro camino, entonces, lo mejor es fluir y dejar ir lo que no necesitamos más.
Eso es maravilloso cuando tomamos conciencia de la importancia de liberar para darle lugar a lo Superior en nosotros.


Pedir con el corazón. Hablar desde el corazón. Sembrar desde el corazón.
Allí es donde el fuego del Espíritu limpia y purifica. Simplemente cambiamos el enfoque, la mirada, liberando energía atrapada en nuestro campo energético para que cada vez sea más clara.
Y con toda nuestra energía puesta en aquello que vamos a crear, ya sea una torta de cumpleaños, una obra de arte, el disfrute de una puesta de sol o un amanecer, el gozo de sentir los rayos del sol!
Adelante!
Vivamos, sintamos, sembremos intenciones, corramos, bailemos, juguemos apasionados el juego de la Vida!!!



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